Nos hemos acostumbrado tanto a que nuestros “queridos” políticos nos tomen el pelo que ya han conseguido incluso que nos acostumbremos a sus tomaduras de pelo y a su eterna caradura, a su forma de vida a costa de nuestras vidas. Y hemos llegado hasta un punto tan sumamente descarado que ni siquiera nos preguntamos por qué siguen cobrando exactamente lo mismo cuando hay gente a punto de no tener ni siquiera para comer y mucha gente no ha cobrado ni siquiera su ERTE.
Llegados a este punto podemos ver tuits tan miserables como el que publicaba hace unas semanas el socialista Odón Elorza.
?Hoy he RENUNCIADO al cobro de la dieta del Congreso para gastos de desplazamiento (1.900 €) en la nómina de abril por no utilizarla al estar confinado.
Razones de ética, en una decisión personal, ya me llevaron a solicitarlo a la Presidenta del @Congreso_Es el 14 y 21 d marzo. pic.twitter.com/lPeKrN97KF— Odón Elorza (@odonelorza2011) April 2, 2020
En su momento, el día que publicó este mensaje ya criticamos el comportamiento de un sujeto que decía “renunciar” a una dieta de desplazamiento de ¡1900 euros! cuando ni siquiera se estaba desplazando puesto que, debido al estado de alarma, no estaba acudiendo al Congreso.
Pero es que el tuit es de primeros de abril y aquí no cambia nada con respecto a ellos. Sánchez sigue con un casi infinito número de ministerios sin renunciar a ninguno de ellos, a pesar de que la situación económica es desastrosa. No se ha escuchado a nadie renunciar ni a un céntimo de sus emolumentos, ni siquiera al coletas y su pareja, tanto como presumen con formar parte del pueblo, y lo peor no son ellos, somos nosotros, todos los españoles que nos hemos acostumbrado. Padecemos una especie de Síndrome de Estocolmo.
El caso es que de esa forma hemos llegado al punto en el que nos encontramos ahora. Personas sin ingresos que tienen que recurrir a Cáritas o al Banco de Alimentos para comer. Políticos que no renuncian ni a un solo euro de sus ingresos y los españoles tan acostumbrados a ser saqueados que ni siquiera protestamos por algo así. Vivimos en un país absolutamente feudal y todavía muchos no se han enterado.
Fuente: El Diestro