La empresa de genética china BGI Group, en colaboración con el Ejército de ese país, desarrolló un test prenatal que se realiza a millones de mujeres embarazadas en todo el mundo. La prueba está siendo empleada por la firma para recopilar datos genéticos y realizar investigaciones exhaustivas sobre los rasgos de las poblaciones.
La prueba prenatal denominada NIFTY del BGI, es un test de sangre que se realizan mujeres embarazadas para detectar posibles enfermedades cromosomáticas del feto, como el síndrome de Down. Además, es una fuente de datos genéticos para la empresa, que estaría trabajado con el Ejército chino para «mejorar la calidad de la población? En particular, de los militares del gigante asiático, reveló una investigación de Reuters.
Asesores del gobierno de Estados Unidos advirtieron en marzo que BGI Group tiene un vasto banco de datos genómicos que acumula y analiza con inteligencia artificial. A medida que la ciencia identifica nuevos vínculos entre genes y rasgos humanos, el acceso al conjunto más grande y diverso de genomas humanos es una ventaja estratégica. La tecnología podría impulsar a China a dominar los productos farmacéuticos mundiales. Y conducir a soldados genéticamente mejorados o patógenos diseñados para apuntar a la población estadounidense o al suministro de alimentos.
Estados Unidos considera que los esfuerzos de BGI por recopilar y analizar datos genéticos humanos son una amenaza para la seguridad nacional.
Los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo BGI está utilizando una gran potencia informática para descubrir secretos genómicos. Anteriormente, Reuters reveló cómo la compañía expandió rápidamente sus laboratorios de secuenciación de genes a nivel mundial y ganó un papel en los sistemas de salud de otras naciones. Y cómo trabajó con el ejército de China en investigaciones que van desde pruebas masivas de patógenos respiratorios hasta ciencias del cerebro.
Asunto de seguridad y defensa nacional
La empresa china BGI es una de aproximadamente media docena de proveedores importantes de pruebas prenatales no invasivas (NIPT). Sus test se comercializan en al menos 13 países de la Unión Europea, incluidos Alemania, España y Dinamarca. Así como en Gran Bretaña, Canadá, Australia, Tailandia, India y Pakistán. No se venden en Estados Unidos.
Sin embargo, la compañía es un actor fundamental en una carrera genómica entre China y EE UU. En su último informe anual, dijo que «ha estado trabajando duro para promover la tecnología china, la experiencia china y los estándares chinos para ‘globalizarse’».
BGI creció como resultado de las políticas del gobierno chino, dijo Anna Puglisi, investigadora del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de Georgetown. Trabajó hasta 2020 como Oficial Nacional de Contrainteligencia del gobierno de EE UU para Asia Oriental. «El estado chino realmente puede obligar, en su ley de seguridad nacional, a las empresas a trabajar con ellas», dijo. Esto, debido a una ley de 2017 que requiere que todas las organizaciones chinas ayuden en los esfuerzos de inteligencia nacional.
«Cuando se pueden combinar grandes cantidades de datos genómicos, incluidas las madres y sus hijos por nacer, con sus datos médicos y su historial, es realmente poderoso», añadió Puglisi.
Los datos ofrecen información sobre las poblaciones extranjeras y la propia de China. Las instrucciones informáticas que utiliza BGI para procesar los datos NIFTY muestran que recopila una amplia gama de información sobre los clientes además de su código genético. Esto incluye el país de la mujer, el historial médico y el sexo del feto, de acuerdo con las instrucciones, revisadas por Reuters en un foro de programadores en línea.
Estudian a las minorías uigures y tibetanos
Los investigadores también pudieron rastrear las distinciones genéticas entre el grupo étnico chino dominante del país y las minorías, incluidos los uigures y los tibetanos. Observaron los movimientos de población y los matrimonios mixtos causados por la política del gobierno chino desde 1949. Estos datos se entregaron más tarde a otros investigadores chinos que estudian las variaciones genéticas «significativamente diferentes» en los uigures, según muestra un artículo científico de 2019.
La recopilación y el análisis del ADN de su población musulmana uigur en China, incluidas las recopilaciones sistemáticas de muestras de residentes en Xinjiang, ha suscitado duras críticas. Estados Unidos sancionó a dos subsidiarias de BGI el año pasado por lo que llamó «esquemas abusivos de recolección y análisis de ADN de China para reprimir a sus ciudadanos». BGI negó estar involucrada en abusos de derechos humanos en Xinjiang. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que los chequeos médicos de los uigures allí no recopilaron información biológica como el ADN.
Rasmus Nielsen de UC Berkeley dijo a Reuters que ya no trabajaba con BGI. Decidió poner fin a una colaboración de una década. Poco después de que se publicara el estudio de 2018 en Cell, porque los cambios en la ley china restringían a los investigadores extranjeros que trabajaban con datos genómicos chinos. «Las cosas están cambiando realmente en China», dijo.
Fuente: Cambio 16